Un proyecto creado con una base sólida, con la cabeza en el producto y las ideas claras, cueste lo que cueste es siempre es un éxito, y la dirección creativa sea interna o subcontratada tiene un papel muy importante que solo las grandes marcas saben, confian y pagan, lo demás es preguntarse porque no salen las cosas.
El proyecto de la agencia hace ahora un año del diseño de packaging que desarrollamos conjuntamente con el equipo creativo y la dirección de EXTENSIOMANIA era de gran complejidad funcional y estética.
Muchos meses de trabajo buscando soluciones, o mejor dicho la mejor solución para el punto de venta, el almacenamiento del producto en tienda, y sobretodo la sensación que el envase debía imprimir al producto con los standares de calidad y las líneas de comunicación que quería la marca, y su recién estrenada imágen corporativa.
Todo un reto de diseño para una caja, cuya complejidad y necesidades del producto son extremas, y que además no tenía un referente expositivo similar en el mercado nacional lo que supuso no solo una apuesta a un nuevo uso sino crear un nuevo modelo para un producto que hasta ahora no tenía ese componente tan necesario como es el embalaje.
La verdad es que todo ese entramado solo su mentor, el creador de este proyecto empresarial conoce y debía ser respetado, guiado en todos los pasos que supuso realizar el proyecto, y la agencia supo estar a la altura.
Los previos si importan, y toda la atención para entender, bocetar, simular, probar se alargaron en el tiempo, pero de alguna manera cimentaron un camino seguro, salvando dudas para llegar hasta aquí.
El diseño de la marca realizado por el arquitecto Héctor Ruiz Velazquez nos dejó espacio para crear porque el diseño bien orquestado tiene aire, como este.
Felicidades a todo el equipo.